En este tema que realizare mi ensayo se trata de el rectángulo
áureo del cual a sido un tema que es muy extenso ya que se encuentra tras
barios años y con personas las cuales son muchas pero cada una de ellas a
aportado algo , en el cual también han utilizado para muchas cosas mas como el
arte ect.

El origen exacto del término sección áurea es bastante
incierto. Generalmente se sitúa en Alemania, en la primera mitad del S. XIX.
Muchos han sido los artistas, humanistas y matemáticos que lo han tratado,
aunque bajo distinto sobrenombre y con distinta disposición. Otros nombres que
recibe son sección divina, sección de oro, proporción divina, proporción
dorada, canon áureo, regla de oro o número de oro. Sección áurea es simplemente
una proporción concreta. Esta proporción ha desempeñado un importante papel en
los intentos de encontrar una explicación matemática a la belleza, de reducir
ésta a un número, de encontrar “ la cifra ideal ". De esta proporción se hablaba ya desde muy
antiguo, los egipcios la descubrieron buscando medidas que les permitieran
dividir la tierra de forma exacta. Hoy en día son muchos los artistas que usa
esta proporción para estructurar sus obras, ya sea de forma consciente e
inconscientemente, debido al bagaje cultural de siglos.
Todo es NUMERO
La particularidad del sistema pitagórico fue encontrar en
las matemáticas una clave para resolver el enigma del Universo y en el número,
el principio de todas las cosas. Las teorías en torno a la música ocupan un
puesto de especial importancia para esta escuela pitagórica; mantenía una
posición central dentro de la metafísica y la cosmología pitagóricos. Las
matemáticas y la música se unen en el concepto pitagórico de "armonía",
que significa proporción de las partes de un todo. Los pitagóricos se guiaron
siempre en sus investigaciones por el principio de que la música debía ser reconducida
hasta las proporciones más simples, ya que debía reflejar en todo la armonía
universal. Pitágoras descubrió la resonancia de una cuerda tensa, y también que
los sonidos obtenidos corresponden a las diferentes fracciones de la cuerda; en
consecuencia, estos hechos se pueden reducir a relaciones de números enteros y la
armonía tiene un aspecto matemático. Según la leyenda, Pitágoras descubrió la armonía
al escuchar el sonido de martillos provenientes de diferentes yunques en el
taller de un herrero. El peso de estos martillos se correspondía con los
números 12, 9, 8, 6; el peso del cuarto martillo daría el tono, y el del primer
martillo, que era el doble del menor, daba la octava. El peso de los otros dos,
que son las media aritmética y armónica de los dos anteriores darían la quinta
y la cuarta. Llevadas estas proporciones a un monocordio vemos que el tono o
nota base lo da el sonido de la cuerda entera, es lo que se llamaba unísono, si
la cuerda tiene la mitad de la longitud original suena una octava más alta que
la anterior, la proporción 1/2, que produce el mismo sonido que la cuerda
entera solo que más agudo se llama octava (DO-DO) porque se llega a él a través
de ocho intervalos de la escala, ocho notas, ocho teclas blancas del teclado; a
esta proporción llamaban los griegos diapasón. Si su longitud son 2/3 de la
primera, la cuerda emite la quinta de la nota base, la proporción 2/3 se llamó
diapente, denominada hoy quinta (DO-SOL) pues se llega a ella a través de cinco
intervalos. Por último, si su longitud son 3/4 de la primitiva, la nota que suena
es la cuarta de la base, a la proporción 3/4 se le llamó diatésaron, conocida
ahora como cuarta (DO-FA) con cuatro intervalos.
Los pitagóricos
atribuían a las distancias entre los astros, relaciones análogas a las de las
longitudes de las cuerdas vibrantes que dan las notas características de los
modos musicales; es lo que ellos denominaban la armonía de las esferas. Platón
retomó las ideas de que la materia y el mundo están organizados según
estructuras matemáticas producidas explícitamente como análogas a estructuras
musicales. Bajo la influencia de Platón, la Edad Media y el Renacimiento
concedieron una gran importancia a esta “música mundana”, armonía del mundo
Sección aurea en la
naturaleza
La lista de formas orgánicas en las que encontramos la
sección áurea podría ser interminable (algo de esto hemos intuido en el
desarrollo del trabajo: las proporciones del cuerpo humano, la forma espiral de
la concha del nautilus, etc.), pero aquí me limitaré a exponer la relación de
ésta con algunas especies vegetales.
Algunas flores tienen la particularidad de crecer siguiendo
tramas impensables que nos hacen pensar en un "Dios geómetra", por
ejemplo, los flósculos de la margarita, crecen en los puntos de contacto de dos
conjuntos de espirales que se mueven en direcciones opuestas, una en el mismo sentido
y otra en contrario al de las agujas del reloj(fig.137 ). El centro del girasol
también se compone de flósculos que crecen siguiendo espirales logarítmicas y
equiangulares y que se mueven en direcciones opuestas(fig.138). El patrón
estructural de una flor de cardo(fig. 139 ) comparte también esta forma
espiral.
Pasando a las formas poligonales tenemos un patrón de tallo
de amapola (fig.140) con forma hexagonal y la forma pentagonal de las
diatomeas(fig.141). Muchos árboles y arbustos que producen frutos comestibles
crecen también de acuerdo a un patrón pentagonal. Si se cortan horizontalmente
las manzanas y las peras (fig. 142), revelan en su distribución de semillas la
estrella pentagonal heredado del patrón original de la flor.

ANTESEDENTES
El origen
exacto del término sección áurea es bastante incierto. Generalmente se sitúa en
Alemania, en la primera mitad del S. XIX. Muchos han sido los artistas, humanistas
y matemáticos que lo han tratado, aunque bajo distinto sobrenombre y con
distinta disposición. Otros nombres que recibe son sección divina, sección de
oro, proporción divina, proporción dorada, canon áureo, regla de oro o número
de oro. Sección áurea es simplemente una proporción concreta. Esta proporción ha
desempeñado un importante papel en los intentos de encontrar una explicación
matemática a la belleza, de reducir ésta a un número, de encontrar “ la cifra
ideal ". De esta proporción se
hablaba ya desde muy antiguo, los egipcios la descubrieron buscando medidas que
les permitieran dividir la tierra de forma exacta. De Egipto pasó a Grecia y de
allí a Roma. Pitágoras (569 a.C.) escogió como símbolo para su Escuela la
estrella pentagonal, figura geométrica que muestra en todas sus relaciones la
sección áurea y se cree que a partir de esta figura llegaron a la noción de
inconmensurabilidad y al conocimiento de los números inconmensurables, tales
como el que ahora nos ocupa. Platón (428-347 a.C.) hace referencia a ella en el
Timeo y dice “es imposible combinar bien dos cosas sin una tercera, hace falta
una ligazón entre ellas que las ensamble, la mejor ligazón para esta relación
es el todo...”. Euclides (450-380 a. C.), matemático griego, en su obra
principal Elementos, extenso tratado de matemáticas sobre geometría plana,
proporciones, propiedades de los números, magnitudes inconmensurables y
geometría del espacio, nos revela la primera fuente documental importante sobre
esta sección, su cálculo y trazado geométrico. Más tarde, Vitruvio, arquitecto romano,
vuelve a tratarla en sus Diez libros de arquitectura.
La sorprendente belleza de un número irracional
El número áureo pertenece al conjunto de los
número irracionales, esto es, aquellos que no pueden expresarse como cociente
de dos número enteros.Por ejemplo, la raíz cuadrada de dos es irracional
-un descubrimiento que incomodó de tal modo a los pitagóricos que lo ocultaron
al mundo-. En nuestro caso, el número áureo lo podemos computar con una
calculadora si seguimos estas sencillas instrucciones: primero, calculamos la
raíz cuadrada de 5; luego sumamos 1 al resultado y el total lo dividimos por 2.
Si sabemos programar un ordenador, podemos intentar batir el récord del mayor
número de decimales calculados: en el año 2000 y con menos de 3 horas de
computación, se encontraron los primeros 1.500 millones de cifras decimales.
Matemáticamente
hablando, podemos definir el número áureo como aquél que si le sumamos uno sale
el mismo resultado que si lo elevamos al cuadrado. Así, si el 4 fuera el número
áureo, para calcular su cuadrado no haría falta hacer la operación de 4 por 4,
que sale 16, sino que simplemente bastaría con sumarle 1. Y es que en realidad
existen dos números aúreos, uno positivo (1,618033...) y otro negativo
(-1,618033...), pero es el primero el que se ha llevado toda la gloria.
La espiral logarítmica de la concha del nautilo
Convirtamos ahora los números en cuadrados. Pongamos dos iguales, uno
junto a otro, de cualquier tamaño, cuyos lados tomaremos como unidad. Encima de
ellos, dibujemos otro cuyo lado sea el doble de los anteriores. A la derecha,
añadamos otro más, con el triple de lado. Debajo, el correspondiente a 5, y así
sucesivamente, de modo que cada nuevo cuadrado tenga de lado la suma de los dos
cuadrados anteriores. Si ahora dibujamos un cuarto de circunferencia dentro de
cada cuadrado (empezando por el primero), como en la fotografía de la caracola
del comienzo del reportaje, tendremos una espiral logarítmica que es,
justamente, la que presenta la concha del nautilo.
Ahora coja un lápiz y trace una línea que vaya desde el centro al
exterior.Fíjese en dos puntos en los que esta línea corte a la concha, con la
única condición de que la espiral haya dado una vuelta completa entre ambos.
Comprobará que el más exterior está 1,618 veces más lejos del centro que el del
interior. Esto quiere decir que el factor de crecimiento de la concha es el
número áureo.
El mejor sistema de
ordenación posible
¿Por qué este gusto
de la naturaleza por la sucesión de Fibonacci? Hojas, pétalos y semillas se
ordenan en las plantas siguiendo un ángulo fijo porque éste es el mejor sistema
de empaquetamiento aunque la planta crezca. Si colocamos
el número áureo de hojas por vuelta en el tallo obtenemos el mejor empaquetamiento para que reciban todas ellas el máximo
de luz sin que unas se oculten a otras y, en el caso de las flores, la mejor
exposición paras atraer a los insectos polinizadores. Los
números de Fibonacci son la mejor aproximación que existe al número áureo. Visto todo esto, no resulta sorprendente que el Partenón pueda
enmarcarse en un rectángulo áureo -aquél en el que el cociente de su longitud por
su altura sale el número áureo-. Igual sucede con las tarjetas de crédito.
¿Acaso hay algo más bello que una Visa sin límite de gasto?
Ejemplos:
por ejemplo en el
árbol familiar de cualquier zángano de un panal. Éste nace del huevo no
fertilizado de la reina, luego tiene una madre, pero no tiene padre. Por el
contrario, tanto la reina (la única que puede poner huevos) como las obreras
nacen del huevo fertilizado por un macho. Tienen, por tanto, padre y madre.
Teniendo esto en mente, el árbol familiar de un zángano queda como sigue: tiene
1 madre, 2 abuelos (macho y hembra), 3 bisabuelos (dos de la familia de la
abuela y uno de la del abuelo), 5 tatarabuelos, 8 tataratatarabuelos...

La
cola del camaleón.
Esta es la cola de un camaleón. Parece decirnos con su cola enroscada algo así como: "Yo también puedo crear algo parecido a una espiral de oro, sin un título en matemáticas superiores. Es muy sencillo. Simplemente comienzo con una cola, que es básicamente un cono largo y delgado, y la enrollo con fuerza. El resultado es tan bueno como la caparazón del nautilo por el que todo el mundo hace tanto escándalo".

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